EL EJE CAFETERO COLOMBIANO: ARQUITECTURA URBANA

MELILELU GVXAM/4a Nota: ARQUITECTURA URBANA

Desde comienzos del siglo XVI el imperio de Castilla avanzó desde el Norte de Sudamérica, por la región costera del Océano Pacífico, hacia el Sur del Continente. A su paso obstinado en pos de la “Ciudad de los Césares”, una entidad legendaria nunca hallada, enfrentaron y diezmaron a los Originarios encontrados en su tránsito.
Poblada la Región de Antioquia, en el Virreinato de Nueva Granada, a fines del siglo XVIII, se produjo desde allí una expansión demográfica hacia un territorio austral, llamado por entonces Viejo Caldas, el que actualmente se corresponde con los Departamentos Quindío, Caldas y Risaralda, de Colombia. Aquella colonización española, mestiza y samba, portaba semillas de frijol, maíz y café: las primeras especies allí cultivadas.
El café fue ocupando proporcionalmente mayor superficie que las otras especies. Sus productores se afincaban construyendo sus viviendas con caña bambú (guadua), como material mecánico de sostén de las paredes. Esta estructura se rellenaba con una tierra fina, a la que se mezclaba con estiércol animal desmenuzado. Una vez acomodada esa mezcla, se presionaba hacia la base de la estructura para brindarle solidez. La pared así lograda se llama “baraheque” o “barajeque”. Cubrían los techos con tejas de barro. La dura madera de la selva nativa del Viejo Caldas iba a parar a pisos, aberturas, cielo-rasos y chambranas: decorativas terminaciones laterales de puertas, ventanas, chimeneas. En Salento, extraordinaria urbe del Departamento Risaralda, modelo supremo de esta arquitectura (Foto 1: el autor de esta Nota en un típico balcón que asoma a la Calle Real, arteria principal de Salento), he visto, en un hostal, una delicada chambrana sobre el perímetro de una cocina contemporánea del siglo XXI. Este detalle ornamental revela la continuidad del estilo mobiliario y edilicio, hasta la fecha. Los balcones, íntegramente de madera autóctona, se insinúan hacia la calle. Toda la edificación no supera en altura los dos pisos.
Mientras los caficultores urbanizaban en un perfil arquitectónico inconfundible en toda Colombia y América Latina, en el ámbito productivo avanzaban en la selección de variedades de café, codiciadas en los mercados internacionales que ya habían conquistado. Nacieron y crecieron en aquel ámbito selvático del Eje, nuevas generaciones de campesinos que apostaron a cultivar bajo los gigantes arbóreos, SIN AGROQUÍMICOS y gestaron el “Café Orgánico”. Variedades Selectas, Producción Orgánica, Origen Territorial en el Eje: se logró el Café ESPECIAL (Foto 2: el Productor José María GONZÁLEZ, galardonado por su especialidad cafetera, en la edición de un sello postal): una categoría de calidad comercial superior al común.
El turismo internacional vino a conocer aquellos Andes, de los que obtiene el gusto único la infusión que beben a diario.
Ya nada faltaba para consagrar aquella urdimbre agrícola/industrial/estética/histórica ,del Eje, con un nombre identitario: PAISAJE CULTURAL CAFETERO COLOMBIANO (PCCC) por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) el año 2011.
Comentó para todo el ABYA YALA, Continente Originario:
Pacho Nazar
Cúcuta, Departamento Norte de Santander, Colombia, 26 de enero de 2023









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